Una joven muñeca de Sal, que sufría una crisis de identidad tan grave como dolorosa, decidió marcharse a recorrer el mundo, para poder clasificar su propio yo. Recorrió cientos y cientos de kilómetros, por tierra firme y, un día llego al mar. La joven muñeca de sal quedo fascinada ante aquella móvil y extraña masa, tan distinta de cuanto había visto hasta entonces. Y dirigiéndose al mar le pregunto:
¿Quién eres tú, extraño y gigante ser?
El mar envió una ola a la orilla y, con una sonrisa de espuma, le contesto:
Entra en mí y compruébalo tú misma.
Y la joven muñeca de sal comenzó a meterse en el mar.
Conforme la muñeca se iba adentrando en él, la dura cascara de su exterior se fue reblandeciendo, y las aguas del mar fueron penetrando y empapando suavemente su interior.
Cuando las aguas marinas llegaron al corazón de la joven muñeca, esta exclamo llena de gozo y asombro:
-¡Ahora, se quien SOY YO!
