Influir en los demás es todo un arte que se puede ir perfeccionando con el tiempo y no es tan difícil como parece. Una de las formas más sencillas de lograr que otra persona haga lo que nosotros deseamos es por medio de la exaltación de cualidades. Esto se refiere a que antes de hacer una petición debemos hacer un comentario positivo y sincero acerca de la persona de quien queremos recibir algo a cambio (recuerda que para recibir primero hay que dar).
Por ejemplo si tenemos al alguien que trabaja en casa para nosotros y notamos que no está limpiando bien el piso y le decimos “Martha haces un excelente trabajo, la comida te queda deliciosa, siempre tenemos ropa limpia y todos los días llegas puntual, por cierto ya solo te pido que pongas más cuidado en la limpieza del piso para que quede bien” seguramente Martha agradecerá el halago y de buena gana limpiará mejor el piso pues sentirá que en verdad valoramos su trabajo y querrá que lo valoremos aún más. Pero si por el contrario le decimos “Martha nunca limpias bien el piso, siempre esta sucio, para mañana quiero que lo limpies bien” lo más probable es que Martha se moleste y haga lo que le pedimos una o dos veces bien y después lo siga haciendo de mal y de mala gana.
En una ocasión me sucedió que acompañé a mi novia a comprar un vestido. A ella le había gustado uno rojo y a mi uno azul, entonces cuando se probó el rojo le dije que se le veía gorda y ya se imaginarán lo que pasó: se molestó conmigo toda la tarde y me trajo por dos horas dando vueltas por toda la plaza. Después de mucho caminar y de entrar como a 20 tiendas vio otro vestido que le había gustado, también rojo. Cuando se lo probó y me preguntó que opinaba cambié la estrategia y le dije que se le veía muy bien (aunque no era del todo de mi agrado) y le sugerí que se probara uno negro, con el que seguramente se vería más sexy aún (el negro era el que a mi me había gustado). Así que de buena gana aceptó probárselo al final se decidió por el negro.
Como ven es algo sumamente sencillo que todos podemos hacer y que seguramente hará que pases menos ratos amargos con la gente que te rodea, pues sentirán que no les estás imponiendo que hagan las cosas, sino que les estás dando la opción de hacerlas. Lo importante es que los halagos sean sinceros, que sean cualidades que realmente admires de la otra persona pues de lo contrario se dará cuenta que solo lo dices por quedar bien.
Recuerda que si criticas a alguien lo más seguro es que se ponga a la defensiva y quizás hasta termine criticándote, así que mejor exalta sus cualidades, probablemente la otra persona no exalte las tuyas, pero seguramente se llevará una buena impresión de ti.
